En los últimos días, parece observarse un incremento de pacientes que comunican alteraciones agudas del olfato y el gusto (normalmente pérdida o desaparición) en relación con síntomas compatibles con un proceso vírico (fiebre, mucosidad nasal, dolor de garganta, dolor muscular, etc.), e incluso en pacientes sin otros síntomas asociados. Si bien la infección por CoVID-19 es una enfermedad nueva de la que aprendemos día a día, ya se dispone de datos de otros países (Corea del Sur, China, Italia, Alemania…) que hablan de una frecuencia de anosmia (pérdida del olfato, que habitualmente conlleva una pérdida del gusto) de hasta el 30-60% de los afectados, según las series coreana y alemana. Este hecho también ha sido referido por médicos que han sido infectados por el virus. En consecuencia, es plausible pensar que puede existir una relación entre el creciente número de reportes de pérdida de olfato y la actual pandemia por CoVID-19. Otras asociaciones, como la British Rhinological Society, acaban de manifestarse en este sentido.
La anosmia es un síntoma frecuente en infecciones respiratorias víricas distintas al CoVID-19, especialmente cuando va acompañada de mucosidad nasal, motivo por el que, en el seno de un proceso catarral característico, se le suele prestar poca atención al entenderse como un síntoma habitual. La observación reciente, lo que muchos pacientes están ahora relatando, es la pérdida de olfato y gusto, en muchos casos de forma abrupta, asociada en mayor o menor grado a síntomas de un proceso vírico que, en el actual contexto epidemiológico, convierten al CoVID-19 en el principal sospechoso.
La infección por CoVID-19 es altamente contagiosa, siendo necesario extremar las medidas para evitar su transmisión comunitaria. Según lo comentado en los párrafos anteriores, la Sociedad Española de Neurología recomienda:
- Contemplar la anosmia aguda como uno de los síntomas de la infección por CoVID-19.
- Contemplar la anosmia aguda aislada sin otros síntomas virales, sin mucosidad y sin mejor causa que la justifique como un posible síntoma atribuible a CoVID-19, aconsejando, en estos casos, un aislamiento de 14 días, prestando atención y comunicando al médico el desarrollo de nuevos síntomas.
Esperamos que estas recomendaciones urgentes ayuden en la detección precoz de casos, reduciendo la probabilidad de que este tipo de pacientes actúe de vector y facilite la propagación de la enfermedad.
Madrid, a 21 de marzo de 2020
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Junta Directiva de la
Sociedad Española de Neurología